Por: Nazario Castrillo Niebles; Coach personal y
Formador Empresarial.
Con
frecuencia veo por las redes sociales y otros medios, a emprendedores y
pequeños empresarios que publican promociones, ofertas, descuentos, etcétera
con el fin de atraer a nuevos clientes y como una medida -casi desesperada- por
sobrevivir en estos días de cuarentena. Pero ¿Qué tan conveniente es reducir
los precios de tus productos en plena pandemia? No has pensado que puede ser
¿un suicidio empresarial?
promociones, ofertas, descuentos
A
menos que tu negocio, empresa o emprendimiento este diseñado sobre el modelo de
Low cost o bajo costo, es una decisión empresarial completamente arriesgada y
tal vez desacertada. Los emprendimientos que nacieron con ese modelo de
negocios pueden darse ese “lujo” ya que sus costos así se lo permiten debido a
que sus utilidades están dadas por la rápida rotación de sus inventarios y el
volumen de sus ventas.
Bajar
los precios de tu producto o servicio en plena pandemia o fuera de ella, no
solo es un error de tipo administrativo y financiero, sino es una decisión que
fácilmente te puede llevar al fracaso, a la bancarrota o dejarte endeudado con
bancos y proveedores.
Los
emprendedores y empresarios que no iniciaron sus ideas de negocios basadas sobre
el modelo de bajo costo tienen otras herramientas para competir en este o en
cualquier otro momento. Una de ellas es la hipersegmentación del mercado.
Las
redes sociales, en especial Facebook e Instagram, son semejantes a dos
estanques llenos de miles de millones de peces de diferentes tamaños y distintas
especies; y tú, eres un pescador, el cual tiene la necesidad de unos
requerimientos nutricionales especiales que solo un tipo de esos peces que
habitan allí te lo puede proporcionar. Tu trabajo consiste en pescar ese tipo
de peces, ya que ellos contienen todo lo necesario para tu alimentación y
supervivencia; en forma metafórica, eso es la hipersegmentación, llegar a tu
buyer persona, a tu público objetivo, o dicho en palabras menos técnicas,
“pescar el cliente preciso”, el que esté dispuesto a pagar por lo que ofreces y
reconocer tu talento, tus capacidades y la calidad del servicio que ofreces y lo
encuentras precisamente en cualquiera de esos dos estanques.
"Las redes sociales, en especial Facebook e Instagram, son semejantes a dos estanques llenos de miles de millones de peces de diferentes tamaños y distintas especies; y tú, eres un pescador"
Para
lograr lo anterior, debes afinar bien tu estrategia y crear unos contenidos que
generen valor y atraigan a estos clientes. Es un trabajo de paciencia, pero
efectivo. Recuerda que el pescador debe pasar varias horas con su caña en la
mano y utilizar el señuelo o carnada correcta para pescar el pez que tanto ha
esperado. No hay que desesperarse, los resultados no son inmediatos, pero
cuando los consigues, la satisfacción se aumenta al mismo tiempo que lo hace tu
cuenta bancaria.
No
es necesario que regales tu trabajo, tu esfuerzo o tus recursos, ni mucho menos
cambiar tus conocimientos por unas “cuantas monedas”, si te focalizas en lo que
quieres, en qué tipo de cliente buscas para tu negocio, empresa o
emprendimiento, si te concentras en tus objetivos y cuidas los detalles de tu
operación muy seguramente capturarás el cliente que deseas.
Evita
caer en la llamada Trampa de Bernard;
que no es otra cosa, que bajar el valor de tu producto acorde como lo reduce tu
competencia, hasta el punto de igualar los costos con precio final de venta,
dando como resultado un “canibalismo” comercial en el cual el seguro perdedor
serás tú. Eso sólo lo pueden hacer aquellas empresas que tienen musculo
financiero, pero a los emprendedores no les está permitido eso, es semejante a caminar
sobre una cuerda floja sin ningún tipo de protección. Los emprendedores compiten
con servicio, con rapidez en la acción, con actitud y con innovación.
Evita caer en la llamada Trampa de Bernard; que no es otra cosa, que bajar el valor de tu producto acorde como lo reduce tu competencia
Como
decía un antiguo jefe que tuve: “Cuida
los centavos; porque los pesos se cuidan solos” y es muy cierto, bajar los
precios no solo es un juego peligroso, sino que vas a vender lo mismo y a
recibir menos dinero, bajar los precios significa trasladarle tu utilidad al
cliente.
En
vez de bajar el precio de tu producto, agrégale valor a lo que haces. Dale a tu
cliente un trato especial que jamás olvidará, que lo “enganche”, que lo enamore
y que se convierta en una experiencia inolvidable la cual él mismo deseará
repetir.
Por
nada del mundo te dejes influenciar por algunos que disfrazan sus pensamientos
tóxicos y derrotistas como “buenos consejos”. Nadie más que tu sabe cuánto vale
tu trabajo por tanto no lo regales, si lo haces, cuando estés acabado nadie te
lo agradecerá ni mucho menos hará algo por ti para que salgas adelante.
En vez de bajar el precio de tu producto, agrégale valor a lo que haces
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Excelente. Me llega en momento preciso. Gracias.
ResponderBorrarBuen tema para tenerlo encuenta en esta temporada
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