Por: Nazario Castrillo Niebles. Coach
personal y formador empresarial.
Antes que la pandemia se hiciera oficial y se dispersara por todo el mundo, los emprendedores teníamos unos hábitos con los cuales veníamos acostumbrados, tales como llegar a una hora determinada a nuestro sitio de labores, visitar potenciales clientes, reunirnos con otros emprendedores para hacer actividades de Networking y así dar a conocer nuestra idea de negocio en el ecosistema emprendedor, asistir a algunas reuniones sociales, pasar a “saludar” a algún cliente; en especial, si nos adeudaba alguna factura, etcétera. Hoy día, pasamos la mayor parte del tiempo en nuestra casa, y hemos empezado a adoptar y masificar algunas herramientas tecnológicas, que anteriormente las utilizábamos de forma esporádica, pero ahora son unos verdaderos aliados para continuar promoviendo nuestro emprendimiento.
Trabajo en casa
Así
como el mundo se transformó en materia de seguridad con los atentados ocurridos
el 11 de septiembre de 2001, de la misma manera, estamos experimentado una
transformación en materia empresarial como resultado de la emergencia sanitaria
y prueba de ello es, cada vez son más los emprendedores y empresarios que están
utilizando los canales virtuales y las redes sociales como por ejemplo, las
transmisiones en vivo a través de plataformas como Facebook o Instagram, para
llegar a una audiencia más amplia en forma gratuita y con excelentes resultados
tanto en posicionamiento de marca como en ventas de sus productos o servicios.
El
“embudo de ventas” se ha convertido en la estrategia mayormente utilizada para
captar la atención, luego convencer al cliente y finalmente convertirlo en un
comprador real. El Social Selling, es
por estos días el protagonista principal de toda esta historia del marketing
digital y su aplicación en tiempos de pandemia. El comercio en línea pasó de ser una megatendencia para convertirse en una realidad y en la tabla de salvación de muchas empresas o negocios que seguían con sus modelos de negocios tradicionales. En estos meses de confinamiento se han aperturado mas tiendas online que en cualquier otra época y las redes sociales se convirteron en verdaderos centros de negocios ya que es mucho el dinero que se tranza a través de ellas.
Atrás
quedaron esas reuniones que duraban “toda la mañana” y parecían interminables.
Las reuniones virtuales de ahora son más objetivas y para ello cuentan con un
límite de tiempo. Otro cambio notorio fue sin lugar a dudas la eliminación de la presencia física o personación para promocionar un emprendimiento, producto o
servicio ante un cliente potencial o actual. Ahora se hace de manera virtual, a
través de videollamadas por las plataformas digitales que prestan ese uso, incluso
el perfeccionamiento de algunos documentos de pequeña y mediana importancia se
está haciendo a través de la firma digital con la misma validez y tenor legal que
tendría la firma a tinta de un documento con estas mismas características.
Por otra parte, el recaudo de la cartera se puede hacer por vía virtual, lo mismo que el pago a proveedores, las compras, las ventas, el pago a los empleados y todas las actividades relacionadas con el funcionamiento de la empresa o emprendimiento se pueden automatizar consiguiendo con ello una disminución en el tiempo de dichos trámites y optimizando recursos tanto humanos como financieros.
Las entidades bancarias son otro ejemplo, han habilitado una serie de servicios en línea con el fin precisamente de evitar aglomeraciones en sus oficinas y que el tiempo de atención al usuario sea el más corto posible. Los catálogos de productos o servicios impresos se volvieron cosa del pasado, ahora los catálogos virtuales tienen la capacidad de no ocupar espacio, de actualizarse todas las veces que se requiera y de no representar ningún gasto para el emprendedor más allá del gasto del diseño.
El teletrabajo o Home office, se convirtió en una
herramienta segura, de bajo costo y de mucha efectividad para cualquier
emprendimiento o empresa no importa su tamaño. Algunas profesiones como la
medicina, el derecho y la contaduría, en las que era imprescindible la presencia
del cliente, se han ido adaptando a este nuevo modelo de trabajo y hoy en día
disponemos de consultas y asesorías virtuales de éstas y de otras tantas
profesiones que están a la orden de la parte interesada.
La
transformación digital que estaba prevista para el 2025, el COVID 19 la
adelantó y con ello, trajo el cierre parcial y en algunos casos definitivo de
muchos locales comerciales que migraron en forma total al comercio en línea. Muchos centros comerciales, a pesar de los intentos gubernamentales por reactivar la economía
se encuentran desolados o atendiendo al público con muchas limitaciones lo que ocasiona un impacto fuerte para sus finanzas.
Dentro de unos pocos años, serán noticia las empresas que precisamente nacieron en este año 2020 como solución a las necesidades que trajo la pandemia y veremos a algunas convertirse en empresas unicornios, cotizando en la bolsa de valores y dando cuantiosas utilidades a sus dueños. Otras las veremos subir rápidamente para después caer en forma estrepitosa y dramática; por ultimo, otro grupo que no alcanzaran el primer año de vida. Así es la dinámica empresarial, es un darwinismo, unos tienen que menguar para que otros puedan crecer, unos tienen que morir para que otros puedan nacer, de ahí la importancia de adaptarse rápidamente a los cambios, de abrir y expandir la mente, de liberarse de una serie de prejuicios e ideas limitantes.
Los emprendedores no tenemos tiempo que perder y como dice el viejo refrán: Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.
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