martes, 29 de diciembre de 2020

“YO NO OLVIDO EL AÑO VIEJO, PORQUE ME HA DEJADO COSAS MUY BUENAS…”

Por Nazario Castrillo Niebles; Coach Personal y Formador Empresarial.

 

Al compositor colombiano Crescencio Salcedo; autor de esta célebre cumbia, que lleva por título: EL AÑO VIEJO, y quien inmortalizaría con su voz en 1953 Tony Camargo, al menos al maestro el año viejo le “dejó cosas muy buenas, le dejó una chiva, una burra negra, una yegua blanca y buena suegra” 




A nosotros los emprendedores de tiempo completo, el año 2020 nos reinventó totalmente, digitalizó por completo nuestras empresas a través de la implementación de la atención virtual a nuestros clientes y proveedores, el pago por transferencia electrónica, las compras y las ventas online, la autoformación, la implementación y posterior uso comercial de herramientas web 2 como las redes sociales, el blog, el podcast, el videomarketing y muchos más. Nos sacó de la zona de comodidad en la que estábamos y nos obligó a buscar nuevas oportunidades a fin de afianzar nuestras fortalezas y a minimizar nuestras debilidades.

El año 2020 vio nacer emprendimientos que en los próximos años darán mucho de qué hablar. Solamente en Colombia, en el período comprendido entre abril a septiembre, se crearon 84.000 nuevas empresas, 3% más que el año 2019, de éstas, el 57% fueron empresas familiares que surgieron como respuesta a la caída de la economía nacional por efectos de la emergencia sanitaria. Un porcentaje de esas empresas ocuparán el lugar que dejaron otras que sucumbieron porque no tuvieron la forma ni los recursos para reinventarse en plena pandemia. Otro porcentaje, crecerán y se convertirán en mega empresas con el paso de los años, y otro tanto no alcanzarán los 5 años y cerrarán como consecuencia de la dinámica empresarial.

El año 2020 nos enseñó el valor de la vida por encima de cualquier cosa. Nos dejó la sonrisa de los que se fueron a su cita con la eternidad dejándonos como herencia su huella y un legado imborrable en nuestros corazones, nos enseñó que la bioseguridad no es una opción, sino un deber que hay que asumir con mucha responsabilidad y madurez, que la mejor vacuna que existe es el autocuidado y el distanciamiento social.

El año 2020 compensó el tiempo que no le habíamos dedicado a nuestras parejas e hijos por estar concentrados en nuestros emprendimientos, nos enseñó a dedicar tiempo de calidad a quienes amamos, nos enseñó –como dice el cantautor colombiano Juanes- en su canción que lleva por título: LA VIDA ES UN RATICO.

“Que cambie todo, pero no el amor. Nuestra familia es más importante, ya lo sé. Y la debemos proteger y volver a tejer, porqué estos tiempos son difíciles y es más escasa la verdad”.

Nos enseñó que de nada sirve llegar a la cima sino hay con quien compartir ese triunfo, que el abrazo de un hijo vale más que los millones depositados en un banco, que debemos decirles a nuestros padres que los amamos mientras aún están con nosotros, nos enseñó que ningún éxito reemplaza la pérdida de alguien a quien amamos. Nos enseñó a compartir el pan con nuestro prójimo. Pudimos comprobar con nuestros propios ojos, que Dios es nuestra fuente inagotable de toda riqueza y que nada nos faltó en todo este tiempo.

En lo personal, yo no olvido el año viejo porque me convirtió en un escritor, en un conferencista, en un motivador, en un ayudador incansable, en un hombre de fe, porque sacó la mejor versión de mí, aprendí a confiar y a descansar, aprendí a dormir en paz porque el Señor me sustentaba. Cree mi blog, el cual se ha convertido en el muro donde expreso libremente mis opiniones, inicié mi canal de YouTube con el cual pretendo seguir ayudando a mis emprendedores a crecer y desarrollarse, diseñé yo mismo mi propia página web. Mi existencia se verá prolongada con la llegada de mi primer nieto y mi primer libro saldrá a la luz para contribuir a cambiar muchas vidas. Pude ayudar a muchos emprendedores a sofocar frustraciones que parecían definitivas, conservé siempre una buena actitud y a pesar de las circunstancias nunca perdí la fe. Fui la voz uno que clamaba en el desierto diciendo: ¡Prepara el Camino, pues viene el Señor! el Espíritu del Señor siempre estuvo sobre mí y a través de un mensaje que escribo todos los días, le dije primero a decenas, después a centenas y por ultimo a millares que el Señor es bueno y que para siempre es su misericordia. No quiero pecar de modesto, sólo obedecí a lo que Dios me mandó a realizar.

 

Juanes revela en su canción una gran verdad:

“La vida es un ratico, un ratico nada más”

 por tanto

“No dejemos que se nos acabe, que vienen tiempos buenos y los malos se van, se van, se van…”

 

Yo lo creo firmemente que el 2021 será un gran año para ti y para mí, todo depende cómo lo miremos y cómo lo afrontemos, esa será básicamente la diferencia entre tú y yo.

Solo me resta decir, como dijo el maestro Salcedo en la canción que sirvió de base para escribir este artículo, que en lo relativo al año 2020, el año viejo: “Ay me dejó, me dejó, me dejó cosas muy buenas, cosas muy bonitas”

 

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domingo, 27 de diciembre de 2020

SERIE: VENCIENDO MIS PROPIOS ENEMIGOS. LOS PARADIGMAS

Por: Nazario Castrillo Niebles; Coach personal y Formador Empresarial.

Descubre en este vídeo cómo los paradigmas pueden bloquear tu mente y cómo superarlos.



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miércoles, 9 de diciembre de 2020

¿QUÉ ES EN EL EMPRENDEDOR EL “SINDROME DEL MAGNATE”?

Por: Nazario Castrillo Niebles; Coach Personal y Formador Empresarial.

En mi trayectoria como Formador Empresarial, he visto una situación muy recurrente en emprendedores; en especial, en aquellos que están en etapa temprana, a la cual decidí llamar “Síndrome del magnate”. Y le di ese nombre tan particular porque como todo Síndrome tiene unos signos y unos síntomas que son característicos de quien lo padece.

 



Antes de avanzar, permíteme establecer la diferencia entre un signo y un síntoma. Un signo es todo aquello que se ve a simple vista al momento de la exploración física, quiere decir que es objetivo. Mientras que un síntoma, es todo aquello que la persona manifiesta tener, quiere decir que es subjetivo.

Aclarado ambos términos ahora sí nos adentramos en el emprendedor.

Es muy común observar a algunos emprendedores que, en su etapa inicial, cuando le empiezan a salir bien las cosas, a ganar dinero, a crecer la cuenta bancaria, también empiecen a tener comportamientos tales como: gastar, a veces hasta más de la cuenta, endeudarse con el sector financiero, comprar un automóvil último modelo, vestir ropa de marca, comprar dispositivos móviles de alta gama, etcétera. Como también es común verlos e incluso oírlos hablar de dinero y más dinero de forma elocuente y retórica, muchas veces fastidiosa para el interlocutor. Esto es la viva imagen de un emprendedor que tiene los signos y los síntomas y, por ende, está padeciendo del “Síndrome del Magnate”.

Este comportamiento aparentemente inofensivo resulta ser peligroso, porque quien lo padece, por querer aparentar y mantener un estilo de vida, del cual todavía no está preparado para vivirlo, comienza a adquirir compromisos a título de deuda que en poco tiempo lo llevan a la bancarrota y al caos, perdiendo no solamente su emprendimiento, sino también, en algunos casos sus familias.

No me cansaré de decir en los artículos que escribo y en las conferencias que dicto, que los emprendimientos son empresas en estado naciente; y que las empresas, así como los seres humanos: nacen, crecen, se desarrollan y mueren. “La virtud más grande de un empresario es la paciencia” así dice don Arturo Calle; un distinguido empresario colombiano, que sabe muy bien que las empresas crecen; pero que ese crecimiento debe ser de manera paulatina y responsable. En la medida que el emprendimiento va creciendo en sus indicadores económicos, lo recomendable es ir reinvirtiendo las utilidades, porque las mismas son el alimento que hará crecer el emprendimiento en forma saludable y lo convertirá en una pequeña empresa, luego en una mediana empresa, hasta que finalmente se convierta en una gran empresa.

El emprendedor debe ir creciendo como persona a la par que crece su empresa. La empresa es como un hijo, al cual hay que criarlo y enseñarle valores. La tecnología y en especial los primeros veinte años de este siglo, han acelerado el proceso de crecimiento de las empresas sobre todo las que tienen base tecnológica, pero es cuando se debe tener más cuidado, cuando se tienen que cuidar los centavos, porque los pesos se cuidan solos, cuando se debe evitar a toda costa incurrir en gastos innecesarios, cuando hay que tener mayor austeridad, cuando se tienen que controlar y reducir los costos. Quien no sabe manejar la caja de su emprendimiento está condenado a un fracaso inminente. En el mundo empresarial todo tiene su tiempo y todo tiene su espacio, ya vendrán los días de comer hasta saciarse, ya vendrán los días de tener un vehículo lujoso, de vivir en una casa confortable, de darse las vacaciones que te mereces, de vestir espléndidamente. Por lo pronto, lo que queda es seguir “criando” el emprendimiento, reinvirtiendo cada peso ganado, planificando estratégicamente el crecimiento en una línea de tiempo, recuerda lo que dice el viejo y conocido refrán: “La constancia vence, lo que la dicha no alcanza”

 

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jueves, 3 de diciembre de 2020

TODO LÍDER DEBERÍA SER EXITOSO.

 Por: Nazario Castrillo Niebles; Coach Personal y Formador Empresarial.

Existen ciertos estereotipos que están marcados en la mente de las personas, y uno de ellos es el del líder. Cada vez que se habla de un líder, se piensa en una persona llena de capacidades, habilidades, talentos que influye sobre un grupo o multitudes y por lo general es exitoso, pero ¿y qué hay de los líderes que no son tan visibles ni tan influyentes, será que aplica el mismo racero?




¿Existe alguna relación entre liderazgo y éxito? Parece obvia la respuesta e incluso básica e infantil la pregunta. Pero que pensarías de mí, apreciado lector, si te dijera que no necesariamente la gente que tiene liderazgo es exitosa o peor aún, que no toda la gente que es exitosa tiene un liderazgo en sí. Lo ideal, y en eso creo que coincidimos los dos, es que todo es que todo líder debe ser exitoso, pero no siempre es así.

Para aclarar todo este juego de palabras vayamos a la definición de cada uno de los dos términos en cuestión. El liderazgo, es la capacidad que tiene una persona de influir, motivar, organizar y llevar a cabo acciones para lograr sus fines y objetivos que involucren a personas y grupos en un marco de valores. Mientras que es común pensar, que el éxito se relacione con la capacidad que tiene una persona para alcanzar sus metas propuestas; es decir, el éxito se considera una cualidad personal, ya que las metas dependen de las motivaciones, intereses, principios y valores que posee cada individuo.

En virtud de lo anterior, podemos decir que el liderazgo es una capacidad, mientras que el éxito es una cualidad. El liderazgo es colectivo, mientras que el éxito es individual. En el liderazgo se motiva a otros, en el éxito hay motivaciones personales. En el liderazgo se enseña el camino a recorrer, en el éxito se recorre el camino para alcanzarlo. El éxito es más pragmático, el liderazgo combina más la teoría con la acción. En el éxito predomina la disciplina, en el liderazgo predomina la visión. El éxito se construye a base de ganas, de esfuerzo, de “hambre”; el liderazgo se construye a base de sueños e ideas. El liderazgo busca el crecimiento colectivo, en el éxito el crecimiento es individual.

Y toda esta comparación y toda esta reflexión ¿para qué?

Todos tenemos un liderazgo natural, somos líderes en algo, y este artículo está dirigido a esos líderes cotidianos, a los líderes anónimos, a los que se levantan cada mañana con el deseo de ayudar a otros, con la ilusión y el sueño de un mundo mejor. Muchos se han pasado la vida entera ayudando a cientos a salir adelante a expensas de su propia realización, fueron líderes, pero no necesariamente alcanzaron el éxito personal, vivieron con lo necesario, la satisfacción del deber cumplido fue su mejor recompensa, decir que alguien reconocido o influyente pasó por sus manos es un motivo de orgullo y alegría.

Se puede ser líder y se puede tener éxito, en eso coincido contigo. Ayúdame, a que otros también piensen así. Ayúdame, a motivar a muchos líderes a que también alcancen el éxito personal, que la brecha tan grande que separa al liderazgo con el éxito para ese tipo de personas se acorte por la acción tuya y mía.  

¡El liderazgo y el éxito deberían ir de la mano!



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